Comentario
CAPÍTULO III
Que la Tórrida Zona es humedísima, y que en esto se engañaron mucho los antiguos
Siendo al parecer todo lo que se ha dicho y propuesto, verdadero y cierto y claro, con todo eso lo que de ello se viene a inferir es muy falso; porque la región media, que llaman Tórrida, en realidad de verdad la habitan hombres y la hemos habitado mucho tiempo, y es su habitación muy cómoda y muy apacible. Pues si es así, y es notorio que de verdades no se pueden seguir falsedades, siendo falsa la conclusión, como lo es, conviene que tornemos atrás por los mismos pasos y miremos atentamente los principios, en donde pudo haber yerro y engaño. Primero diremos cuál sea la verdad, según la experiencia certísima nos la ha mostrado, y después probaremos (aunque es negocio muy arduo) a dar la propria razón conforme a buena filosofía. Era lo postrero que se propuso arriba, que la sequedad tanto es mayor cuanto el sol está más cercano a la tierra. Esto parecía cosa llana y cierta, y no lo es sino muy falsa, porque nunca hay mayores lluvias y copia de aguas en la Tórridazona, que al tiempo que el sol anda encima muy cercano. Es cierto cosa admirable y dignísima de notar que en la Tórridazona aquella parte del año es más serena y sin lluvias, en que el sol anda más apartado, y al revés, ninguna parte del año es más llena de lluvias y nublados y nieves (donde ellas caen), que aquella en que el sol anda más cercano y vecino. Los que no han estado en el Nuevo Mundo, por ventura tendrán esto por increíble; y aun a los que han estado, si no han parado mientes en ello, también quizá les parecerá nuevo; mas los unos y los otros con facilidad se darán por vencidos en advirtiendo a la experiencia certísima de lo dicho. En este Pirú, que mira al polo del Sur o Antártico, entonces está el sol más lejos cuando está más cerca de Europa, como es en mayo, junio, julio, agosto, que anda muy cerca al Trópico de Cancro. En estos meses dichos es grande la serenidad del Pirú; no hay lluvias; no caen nieves; todos los ríos corren muy menguados, y algunos se agotan. Mas después, pasando el año adelante y acercándose el sol al círculo de Capricornio, comienzan luego las aguas, lluvias y nieves, y grandes crecientes de los ríos; es a saber: desde octubre hasta diciembre. Y cuando volviendo el sol de Capricornio hiere encima de las cabezas en el Pirú, allí es el furor de los aguaceros y grandes lluvias y muchas nieves, y las avenidas bravas de los ríos, que es al mismo tiempo que reina el mayor calor del año; es a saber: desde enero hasta mediado marzo. Esto pasa así todos los años en esta provincia del Pirú, sin que haya quien contradiga. En las regiones que miran al polo Ártico pasada la Equinocial, acaece entonces todo lo contrario, y es por la misma razón, ora tomemos a Panamá, y toda aquella costa, ora la Nueva España, ora las islas de Barlovento, Cuba, Española, Jamaica, San Juan de Puerto Rico, hallaremos sin falta que desde principios de noviembre hasta abril, gozan del cielo sereno y claro, y es la causa que el sol, pasando la Equinocial hacia el Trópico de Capricornio, se aparta entonces de las dichas regiones más que en otro tiempo del año. Y por el contrario, en las mismas tierras vienen aguaceros bravos y muchas lluvias cuando el sol se torna hacia ellas y les anda más cerca, que es desde junio hasta septiembre, porque las hiere más cerca y más derechamente en esos meses. Lo mismo está observado en la India Oriental, y por la relación de las cartas de allá parece ser así. Así que es la regla general (aunque en algunas partes por especial causa padezca excepción) que en la región media o Tórridazona, que todo es uno, cuando el sol se aleja, es el tiempo sereno y hay más sequedad; cuando se acerca, es lluvioso y hay más humedad, y conforme al mucho o poco apartarse el sol, así es tener la tierra más o menos copia de aguas.